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Comer emocional

Cope Ávila (90.5 FM) – Programa 10 | 23 de enero 2020

Ésta semana le toca el turno al «Comer emocional».

Todos lo hemos sentido alguna vez pero ¿por qué ocurre tan frecuentemente?

El hambre es la necesidad o las ganas de comer, pero existen dos tipos de hambre:

Hambre real: Donde

  • Nos sentimos satisfechos
  • Aparece de forma gradual
  • Puedes esperarte para alimentarte
  • La alimentación que hacemos es adecuada
  • Controlamos la situación y la cantidad
  • Saboreamos y disfrutamos
  • Responde a horarios

Sin embargo está el hambre emocional o el comer emocional

COMER EMOCIONAL

Cada vez es mayor el número de personas que llegan a consulta por problemas de «ansiedad» en la alimentación. Problemas de autocontrol, atracones o ingestas elevadas de un tipo de alimento.

El primer paso para afrontar cualquier problema de ansiedad, respecto a la comida o no, es buscar la causa raíz y tratar de ponerle una solución. Lo demás será poner parches.

Por estrés, ansiedad, acumulación de problemas, por un día duro en el trabajo, los hijos, nos recompensamos con comida buscando “felicidad. Y en vez de encontrar “felicidad” encontramos culpa, frustración y desanimo por haber perdido el control.

¿Qué es para ti ansiedad por la comida?

Es fácil sentir satisfacción en la comida cuando alrededor de ti no hay cosas que te hagan sentirte bien o que sientas frustración por no poder controlarlo todo, por no poder hacer lo que queremos o directamente no saber qué queremos.

Nos surgen emociones de todo tipo desde el aburrimiento, la tristeza o la ansiedad y lo que nos suele apetecer comer son alimentos más palatable, dulces, salados, grasos o mezcla de varios (patatas fritas, onzas de chocolate, chucherías…) generalmente ultraprocesados con alta densidad calórica, azúcar, harinas y grasas de mala calidad. Esto sucede porque al comerlos se produce en nuestro cerebro una recompensa debido a que aumenta la dopamina que nos hace sentirnos bien (neurotransmisor que está presente en diversas áreas del cerebro y es importante en todas las respuestas nerviosas que están relacionadas con la expresión de las emociones).

Muchas veces lo que nos apetece comer está relacionados con algo que hayamos normalizado en nuestra memoria, como los recuerdos ante un olor o actos que vemos, como cuando vemos comer helado cuando se está triste en una película y ya normalizas que tu tristeza terminará si comes helado.

Solemos empezar a comer sin control, sin masticar, sin saborear y cuando nos damos cuenta, hemos comido demasiado o más de lo que nos gustaría y empiezan los sentimientos de culpa, los pensamientos saboteadores. En donde entramos en un círculo vicioso ya que esa culpa nos lleva de nuevo a comer, a volver a culpabilizarnos, sentimos frustración y desánimo y así sucesivamente.

Respecto a la alimentación, ¿qué herramientas tenemos?

  • Controla tu entorno. Lo que compras, lo comes. No pongas excusas de que tus hijos lo necesitan. Nadie en casa necesita comerlo, así que no lo compres. Y si no eres tú el/la encargada de la compra, habla y cuenta lo que te pasa. Si lo quieres comer, que tengas que salir a comprarlo.
  • Los azúcares simples y productos farináceos desatan tu furia interior, así que evítalos.
  • Aumenta la cantidad de alimentos proteicos, ya que son más saciantes y retrasará el hambre.
  • Elimina distractores mientras comes, tablet, pc, teléfono.
  • Elige alimentos saciantes, granos enteros, legumbres, patata.
  • Toma un vaso de agua grande antes de comenzar a comer.
  • Come despacio y disfruta del olor, textura y sabor
  • Para de comer cuando estés satisfecho

Respecto a lo emocional:

Distracción:

  • Aléjate de la cocina
  • Ten las manos ocupadas
  • Realiza alguna actividad que requiera concentración: leer, pintar o dibujar, pasatiempos, coser, tejer, manualidades
  • Ordena, haz recados o tareas de la casa.
  • Lee o habla con un ser querido
  • Haz ejercicio
  • Escucha música relajante o animada, incluso baila
  • Ponte algún video en el móvil o tu serie favorita

Calma:

  • Relájate
  • Respira profundo
  • Duerme
  • Descansa
  • Desconecta
  • Hazte o recibe un masaje
  • Ponte ropa confortable
  • Date una ducha
  • Sal a pasear

Premios:

  • SPA casero, velas aromáticas
  • Meditar
  • Masaje
  • Pide un abrazo
  • Mira el cielo
  • Actividades artísticas
  • Revisa fotos antiguas
  • Cocina un plato especial
  • Contacto con animales o con la naturaleza

Así que cuando vayas a comer algo pregúntate:

  • ¿Tengo apetito? Toma un vaso de agua o un té, a veces la sed de confunde con hambre.
  • ¿Podría remplazar esto por otro alimento? Come una fruta. Tu cerebro recibirá fructosa saludable, vitaminas, minerales y antioxidantes.
  • ¿Esto es lo que deseo comer?
  • ¿Esto es lo que deseo comer AHORA MISMO?
  • ¿Continúan las ganas de querer comer? Si la respuesta es sí y es un alimento no saludable, tómate tu tiempo y disfrútalo sin culpas.

En ésta infografía de mi compañera Isa de «Isa Nutrisalud» tenéis lo consejos de cómo «surfear la ola» en estos momentos de «ansiedad por comer»


A continuación os dejo el vídeo de la colaboración en el programa.